viernes, 25 de noviembre de 2011

CONTROL

Me gusta cómo fumas,
como me abrasas
y esa forma lánguida
en la que exhalas el humo...
Me gusta cómo conduces,
la seguridad con la que tus manos
me llevan al límite
de la velocidad establecida...
Me gusta que me ordenes,
que me digas cómo encaminarme,
pues sin tu guía
sería mi camino una senda de muerte...
Me gusta que tu voz
me llame y me controle,
mientras mantengas el control sobre mí
sólo voy a desear
que pierdas el control conmigo...

martes, 15 de noviembre de 2011

PLACER PROHIBIDO



Has venido de nuevo a mí,
a mí, que te llamé tantas veces en silencio
cuando la noche me rodeaba y me hacía desaparecer,
cuando sólo esperaba las caricias de las agujas
y de máquinas que vigilaban un corazón moribundo...

Has venido de nuevo a mí,
y tú propones y dispones,
-sabes que siempre fui contigo obediente-,
mas no me cuesta trabajo:
tú me propones largos viajes
en los que veo caer el sol de un ocaso
que enrojece mi pelo y aclara tus ojos
hasta darles ese color de fiera al acecho
que tanto me gusta mirar cuando no miras...

Tú quieres salir de día, ver la luz en todo,
yo soy criatura nocturna
que sólo adora estar
bajo el influjo de la embriagante luna;
tú, en tu locura, anhelas ser perfectamente normal,
y a mí me echas en cara
que no sea como todo el mundo... Quizás
es que ya no conoces las fronteras entre ambos mundos...

En tus sueños eres un hombre normal,
con una pareja, un techo, un trabajo en la rutina,
en los míos acecho a la gente en callejones,
-a gente "normal", como tú-,
y mato de la forma más íntima,
cortándoles de cerca,
besando sus heridas hasta llenar mi boca
de la sangre cálida que de la herida recién abierta brota...
Pero tú aún no has probado la sangre,
-no es lo mismo verla o incluso provocarla
con un simple golpe que hará surgir escasas gotas-;
no la has probado, pero te enseñaré
que lo que más anhela nuestra alma
no es perder eones en los fondos
diamantinos de los vasos,
sino sumergirnos en la roja turbulencia del olvido...

Ven, de acuerdo, entra en mí,
yo te entrego mi cuerpo como siempre hice,
pero esta vez,
mi corazón se quedará congelado
en un rincón de mi pecho.
Dejemos pasar las estaciones
sobre nuestros pálidos cuerpos y que el tiempo
se encargue de mantener vivo
este amor que nunca fue más que amargura...

Yo te enseñaré
lo que es disfrutar,
y todos los placeres humanos
quedarán ensombrecidos
por el ansia voraz
que conocerás, a través de mí,
dentro de tí...

sábado, 5 de noviembre de 2011

DILEMA

Oscuridad...
Y tú llegas...
Haces como que no me ves,
mas al final tornas tu mirada...
Me observas, y vuelves a comentarme
cualquier cosa que no me importa...
Sabes que mi amor de antaño
está a mi espalda, él me observa,
y vuelvo mi mirada hacia la calle
com si viera algo en la noche...

Te vas, sin decirme nada,
observo tu lugar vacio:
Mi ira se translada hacia él, mi "él"...
Y él vuelve a mí,
y me promete mundos que cree
que no conozco,
y me promete y me amenaza,
"No quiero engaños"...
Bueno, bueno...
La noche es muy larga y fría,
y no sé que juramentos
podría darte que tú no conozcas...

Me ofrecen un cuchillo,
y toda arma tiene dos filos,
yo podré, como no hice con él,
jurarte amor eterno...

Me ofreces lo que nunca tuvimos,
una estabilidad que no conoces...
El aire de Noviembre sopla con rabia
y toda mi sangre hierve de indecisión y de ira...

Y sueño, sueño tanto...
Mis manos rebosan de sangre,
por mis labios corre el vital fluido,
garras, uñas,mis pupilas dilatadas...
Soy yo esta que mata en mis sueños:
Vosotros no me conocéis...

lunes, 17 de octubre de 2011

LLEGA EL INVIERNO

No hay más
que una barra entre tú y yo,
dos vasos y un cenicero entre el humo,
pero tú no ves que son páramos
lo que en realidad nos separa.

A ratos te acercas a besarme,
alguna caricia fugitiva se te escapa,
y yo sonrío,
pero tú no me estremeces...
Por mis venas la sangre corre lenta,
mis pupilas son apenas puntos negros,
mi piel permanece fría
pues dentro de mí sólo hay nieve...

Pasan eones, siglos, glaciaciones,
tus palabras se pierden
en la tempestad que me habita,
y ni tu sonrisa ni tu voz
llegan a horadar este corazón congelado;
poco a poco el hielo me invade,
llega hasta mis labios que olvidaron
el fuego de los besos,
hasta mis ojos que sólo miran la distancia,
hasta mis manos que no recuerdan
cuál era el tacto de una piel amada..

Déjame ser lo que soy,
una estatua en la tormenta,
que no siento nada y las lágrimas
me son como la risa ajenas,
que no hay nada en tí
que me mueva o me conmueva,
que sólo espero el sueño
para poder regresar
a mi reino de sangre y pena,
donde yo, sola yo
perdono o arrebato la vida...

Tú te derretirás
como un recuerdo de invierno
ante la cruda luz de abril,
y no habrás sido más
que una sombra fugaz
que nunca llegó
a ser más que un charco de lluvia...

miércoles, 5 de octubre de 2011

ANGEL DE LA MUERTE

Despierto, y no estás a mi lado,
pero no me hace falta,
hasta hace un segundo tu mano
guiaba la mía en la destrucción...

Vuelvo a la vida que conozco (ya apenas...)
y son tus dedos
los que encierran los míos
para que el corte sea certero...
Las máquinas, por un segundo, dudan,
mas yo no dudo,
no llega nadie para esta alarma que ya fue falsa
tantos minutos en esta noche insomne...

Me miras, y veo en tus ojos
que pude haber sido yo, pues era yo
quien estaba aquí encadenada,
pero ya no, ya no...
este sonido,
esta fotografía de un cerebro que ha fallado,
este pitido de un corazón congelado,
este cable que me unía
al aire que no me alimentaba
como el que tú, apenas, me dabas,
esta sangre que resbala
poco a poco hasta el suelo...

Amor, yo me paré en esta vida
para regresar
llena de vida y de odio,
y cuan grande era la calma que me daban,
que apenas pensaba en tí...

Ahora no,
no me pidas que me cuide,
hay una cama en un hospital
que guarda la huella de mi fin,
hay médicos, enfermeras, gente
que son sombras fugaces
que me vieron irme
y me vieron volver repleta de ira...

Y sigo soñando,
una y mil veces despierto
esperando que mis manos
resbalen rojas
en cada centímetro de tu piel,
y la noche no es tan larga
como para no recordar
este éxtasis en la masacre:
Un cuerpo inocente,
mujer, hombre, niño, qué más da...
su vida entre mis manos
como una alondra prisionera,
un latido, dos,
tres... Uno tras otro...
Más latidos, cuatro, cinco, seis...
La alarma que fue mía
no avisa a tiempo...
no eres tú,
celoso de un alma que no es tuya,
quien disfruta de cada segundo
a contratiempo entre mis brazos...

Una cortina blanca, una piel
que pierde el calor por segundos,
un simple hoyo en el brazo que me alimenta,
y vuelvo a sentirme viva, vuelvo a sentirme entera de nuevo...
Sangre, sangre fresca, amor,
resbala entre mis labios:
Nunca hubo beso más íntimo
que cuando traigo la muerte.

Me apartas,
me dices que ya es bastante,
y retrocedo
sintiendo aún como la esencia de la vida
resbala en mi garganta...
Y todas las máquinas del mundo
no podrán nunca quitarme este sabor
que más que los besos me penetra...

Me vuelvo a tí,
tan muerta como lo estuve este verano,
y me dices
que yo merezco más.
Yo sé que merezco más,
pero aún tengo sed...
Mas no eres tú,
pues no eres bastante,
y no es él,
pues él es demasiado...

Vuelvo a tí cuando me llamas,
y toda yo soy volcán ante el recuerdo,
laguna de hielo ante tus besos...

A flor de piel soy asesina
que recuerda su misión cuando se duerme,
y cuando tú me encuentras
no sabes de mí
más de lo que yo sé de mi deseo...

Vuelvo a los pasillos cuando duermo,
en algún lugar
hay monitores que me esperan,
lesiones de corazón que me presienten,
cerebros que, sin saberme,
tiemblan ante mi codicia y mi odio...

Despierto,
mis manos están limpias
y hay llamadas tuyas a las que,
queriendo o sin querer,
no atendí...
Y regreso al sueño,
tú no me ofreces
este poder en la sombra
que ni siquiera sospechas que anhelo.
Despierto,
vuelvo a tí
en las largas horas del día,
y el sol se pone,
y no eres tú
a quien quiero hallar a mi lado...

martes, 20 de septiembre de 2011

BLITZKRIEG

Hizo falta poco. Te ví, te observé de espaldas aún antes de que repararas en mi presencia, mas no tardaste demasiado en venir a mí... No te lo explicas, y yo te digo que tampoco me lo explico; has sucumbido como te cuento que lo hice yo, y te acostumbraste a mi voz en medio de la noche, a mi consuelo en medio de la confusión, a mis palabras de aliento cuando todo te fallaba... Tejí mi red paso a paso, con las palabras que anhelé confesar y nunca pude, con las frases de amor que nunca fueron concebidas para tí... Mas me basta, te has conectado a mí mensaje a mensaje, llamada a llamada, frase a frase, y no sabes de mis sueños, de mis ansias del aliento que recuerda mi boca... Serás siempre el eterno sustituto, alguien en quien volcar  mi obsesión y mi sed de oscuridad, pero tendrás la ventaja de creerte siempre amado, y yo tendré la ventaja de no conocer la empatía ni el llanto ajeno...

Y pasarán los días más crudos, -aquellos que yo espero-, del otoño, y luego llegará el invierno, y yo me resarciré de cada lágrima, de cada gota de sangre, de cada mala palabra, en tu cuerpo desarmado... Y me hundiré en tus brazos, siendo otros los que toco en mi memoria, y probaré cada latido tuyo, siendo otro el latido el que pervive en mi recuerdo... Y te despreciaré por parecerte demasiado a otra piel, siendo que no tendrás la ferocidad de aquél al que dejé...

Y pagarás tú, sin juicio justo alguno, cada muerte lenta de mi anterior verdugo, cada vida en otro tiempo en la que quizás, sólo quizás, pudiste salvarme o condenarme, cada beso, cada cicatriz, cada noche en vela, cada latido de mi pulso desbocado...

Cada regreso, lo intuyes, estará marcado por la nieve, por el perfume de la sangre sobre las rosas...

viernes, 16 de septiembre de 2011

SOMBRAS

Ven a mí. Confía en mí... Escucha el canto de sirena que te promete la paz y el descanso. Yo puedo asegurarte que curaré todas tus heridas, y tú acabarás creyéndome... Sólo necesito que tu alma hambrienta de amor caiga en mis sutiles redes... Sí, sé prevenido, ármate de suspicacia si lo deseas, que acabarás cayendo en mi trampa... Te he elegido, así que no luches y abandónate. No seré yo quien te entregue cuerpo y alma, pero tú así lo creerás... Ven, amor, a mis brazos, que yo beberé de tu locura para apaciguar la mía, que yo saciaré mi sed de dolor en las estancias de tu mente torturada... Mira a tu alrededor, el mundo está hecho de sombras que te acechan, en mí hallarás aquello que aún no has conocido, el placer de consumirte en el fuego que recorre mis venas... No eres tú el culpable primero, pero estás en mi camino, y yo me resarciré de cada herida recibida por otros enhebrando agujas de celos en tu corazón, para que nunca descanses cuando yo esté lejos, para que tu boca pronuncie las palabras de devoción que hace tanto que necesito escuchar...

Mas no intentes usar tus armas contra mí, yo me he vestido durante mil años con la armadura del despecho, y nada pueden hacer tus flechas envenenadas en este corazón petrificado... Tus problemas me son ajenos, tus cariños me parecen debilidad, y tu mala suerte ineptitud, pero yo te consuelo y te comprendo como si aún fuera humana y dulce...

Ven a mí, necesito tu desamor y tu soledad para volver a reconstruirme, para volver a equilibrarme... Necesito que creas que te quiero, para que tú me quieras, necesito que creas que te necesito, para que tú me necesites, necesito que creas que muero por tí, para que tú mueras por mí, y abandones el campo de batalla tan malherido que mis heridas se restañen... Vierte tu sangre por mí, amor mío... Tengo sed, tanta sed...

jueves, 8 de septiembre de 2011

NO SOY YO...

No soy yo esta que ha regresado de la Muerte... parte de mí se ha quedado en el Otro Lado. Quiero regresar a los pactos como quien regresa al hogar... Hay una vida paralela en la que he muerto y en la que ya no tengo que luchar por contener mis impulsos. Esta vida en la que existo no tiene aliciente alguno, pero me quedaré, aunque la ira me consuma y recorra mis venas como un fuego turbio... ¿Qué clase de existencia es ésta en la que el placer está prohibido? Mis anhelos son demasiado intensos para que los simples humanos me los puedan satisfacer. Sólo una mente como la mía podría comprender y compartir esta sed de sangre...


Cada noche me acuesto agotada de contener dentro de mí este infierno, este ansia de todo lo que me destruye y me procura tanto alivio... Cierro los ojos y cada noche mis sueños me llevan a hacer lo que tanto y tanto deseo. La muerte de los demás se sucede como un encadenamiento de orgasmos. Y disfruto de cada grito, de cada gota de sangre, de cada lágrima, de cada súplica, de cada gemido, de cada vida que destrozo... Juez y verdugo, en lugar de comprensión y bondad. Esto es lo que subyace. Esto soy desde lo más profundo de mi abismo. La pureza que han querido instaurar en mi cuerpo mortal ha despertado todas las maldades que anidaban en mí... Mi envoltura mortal ha sanado, pero, ¿quién se atreverá a sanar mi alma condenada?